Arovechando las fechas...
- adridolara
- 13 feb 2023
- 2 Min. de lectura
¿Qué es el verdadero amor?
La RAE define el amor en sus dos primeras acepciones como un sentimiento, una experiencia por la que pasamos los humanos en nuestras vidas y ya.
¿Es el amor una experiencia solamente?
Evidentemente no. Pero sí el experimentarlo es parte de su definición. Yo siento amor cuando tengo presente a mis familia, a mis amistades, cuando recibo detalles durante el día ya sean favores o pequeños regalos del otro... El amor lo siento adentro.
Hay una corriente actual que defiende que el amor es accionar. Yo, con mis acciones, muestro amor a mi compañía. Te levanto cuando te caes, te envío mensajes, te escucho, te observo, te acompaño... Mis acciones te muestran ese amor que tengo dentro por tí. Pero a veces actúo, y te puedo herir.
Entonces, ¿es eso amor?
Creo que la mayor muestra de amor que me pudieron hacer es dando. Dándome una segunda oportunidad, dándome tiempo, dándome cariños, dándome regalos, dándome compañía...
¿El amor es dar?
Damos de nosotros para el otro, para su disfrute y su disposición. Es sacrificial dar, es generoso dar, es humilde dar. Yo actúo para el otro, dando de mi tiempo para que esa persona se encuentre mejor. Yo me presento al otro por que vea que no anda sólo. Yo regalo detalles cuando puedo para que vea que eso me recordó a esa persona y que en la mente le tengo.
Yo, Dios, te di. Te di una segunda oportunidad. En realidad no fue segunda, y tú lo sabes, pero te la estoy dando igual. Di a mi primogénito por tu alma, por tu vida, me vales tanto. Extendí mi mano en el pozo para sacarte entera. Y me ves ahora, me verás siempre a tu lado, al frente tuya guiándote, porque dispuesto estoy a darte de mi tiempo para tí, para conocerte y que me conozcas mejor.
Amor sacrificial, amor sin condiciones, amor.
No conozco a nadie que desprenda amor de la mejor manera.
Mi tía siempre fue un amor.
Trataba a todos alrededor como su familia, como si los conociera de toda la vida. Sólo verla me mostraba un reflejo cercano a Jesús. Me alentaba, me cuidaba, me guiaba.
Creo que hasta que no lo pruebas no eres capaz de ver a Jesús. Yo sólo veía a mi tía entonces, pero ahora veo a un redentor que me preparó el camino a través de ella, para ver que que valía la pena andar con Él. Mi tía no era perfecta, me lo mostraba mi mamá a través de las historias, y yo aún sabiendo esto y viéndolo a primera vista en esas vacaciones no podía negar que tenía algo de Dios en ella.
Y así era.
Son reflejos de Dios. Esos reflejos no fueron suficientes para convencerme aún, y caí en el pozo.
Pero ahora me encuentro mejor. Mejor de lo que podía haber estado nunca. Alguien se molestó conmigo e insistió en mí. No dejó de llamar mi nombre.
Adri. Adri. Adri. Sé que te gusta que te llamen así.
Adri.
Por fin escuchaste.
Comentarios