No puedo enfadarme conmigo misma por un accidente.
- adridolara
- 10 oct 2022
- 2 Min. de lectura
No puedo enfadarme conmigo misma por un accidente. Es justamente lo que venía a decir.
Ser perfeccionista me ha traído lo peor. Siempre. Durante mis años de primaria e instituto he logrado superar todas mis materias sin hacer el mínimo esfuerzo. Entonces, claro, no hacía nada y conseguía el resultado que deseaba. En verdad esto me ayudó de cierta manera a aguantar mis años de instituto viéndolo con otra perspectiva, pero ese es otro tema. La idea está en que, conseguía los resultados deseados sin esfuerzo. Llega segundo de bachillerato y mi rendimiento decae exponencialmente, ya no conseguía salirme con la mía y me fastidiaba bastante el no poder tener lo que quería. Esto no eran accidentes, pero están relacionados con el perfeccionismo del que mencionaba. En la universidad directamente descartaba una asignatura si no la pillaba a la primera en clase, de qué me sirve tocarla si no entendí nada de lo de clase? Esta espiral me llevó a estar en mi cuarto año de universidad y quedarme aún en segundo de carrera.
Hoy me quemé con aceite y me duele mucho. Y no puedo echarme la culpa, porque de verdad se me resbaló la arepa de mi mano (soy ecuatoriana y las arepas las hago con aceite). Han habido ocasiones en las que tiré vasos, tiré platos, salí de casa sin las llaves, el bus se me fue en las narices (sin saber a qué hora llegaba), me tropecé, pisé a otra persona en el metro... Y todas estas cosas fueron por accidentes. No tuve nada de control en estas variables. No pude evitar que se me resbalara la arepa, no pude evitar el aceite cayendo en mi ombligo, no pude evitar que la camiseta que llevara justamente no me cubriera bien el ombligo. No tenía control. Me gusta que todo cuadre y vaya como yo quiero que vaya, pero no puedo, y eso me molesta mucho.
Se de alguna manera que esto tiene un propósito. He aprendido que de igual manera, por muy mal que fuera el accidente, que todo estaba en control de Dios, y que incluso los accidentes sirven de algo. He podido ver cómo un aleteo de mariposa describía tanto de un Dios creador y controlador de todo. Ahora lloro porque me duele, me duele la herida. Pero gracias a ella pude ver que no siempre tendré la fuerza para seguir, y está bien darse un respiro. Continué con las arepas, y mis hermanos me dejaron las arepas más blancas.
Gracias por todo, Dios es grande.
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